viernes, 19 de marzo de 2010

CRONICA DE "un MOCO no es igual a otro"

Así es la cuestión de los mocos. Es un tema que debe ser analizado con altura de mira, con metodología y sobretodo con el empirismo de las borracheras nocturnas.

Cada moco representa mucho de lo vivido en el carrete anterior, donde uno ni siquiera sabe en que condiciones asegurose el culo para no ser victima de otro borracho (o borracha) de turno.

Por ejemplo: existe ese moco que se acumula en la "ñata" después de una tertulia malignamente tramada con cajas de vino "Tocornal" y de acompañamiento unos "turbo" de cigarrillos. Son latigudos y cuando jugueteas con ellos son rígidos al principio, pero tienen una raíz ectoplasmica que llega a la garganta, por lo que, luego de extraerlo, te sale hasta una lagrima de aquel ojo cobarde que se asusta al ver tamaña aberración.
Tiene una consistencia acuosa e invertebrada, con un color marrón que al final de la noche nunca sabes si es por el vino o por alguna vena "debilucha" que pinta de sangre aquel moco, pero todo vale un carajo, ya que la silla o mesa de turno recibe a aquella obra irrepetible de arte post-carrete.

La Pilsen, por ejemplo, nos lleva a otra dimensión de los mocos, donde no se si por miedo o por vergüenza, se esconden entre la parte trasera de la nariz y la parte superior de la garganta, ocasionando aquel "sorbeteo" poco galante que odia el 99.5% de las mujeres a nivel mundial, pero que proporciona aquel "gargajo" que tiene el peso y la consistencia exacta para escupir al mas borracho del carrete, sin que se de cuenta... lógicamente como talla, no de maldad.

Está el moco del vodka, ese que transforma tus fosas nasales en verdaderas cavernas vírgenes llenas de estalactitas y ectalacmitas de microbios "moquerosos", y que hacen sentir a tu dedo como un verdadero ariete destruyendo aquellas puntas insalubres. Es mas entretenido que el moco del vino... le sube el ego a tu dedo sentirse un destructor.

Por ultimo esta el moco del roncola. Ese moco que se adhiere como una capa de tapa gotera a la parte inferior de las fosas nasales y que te invita a jugar y descubrir la potencia, tacto e intensidad precisa para sacarlo completo, como una escama de moco. Juega con tu sentido del tacto y logra momentos únicos de relajación destruyéndolo y convirtiéndolo en una bolita entre el pulgar y el índice que proporciona momentos invaluables de "desestres" superados solo con un buen “peo” entre medio del jugueteo(según el maestro Coco Legrand).


Aun así, con mi vasto conocimiento en mocos y peos, sigue existiendo un moco que me intriga de sobremanera... el moco del automovilista. Es ese moco que se extrae en los semáforos en rojo con el dedo meñique y que no discrimina por género.
Cuando saque mi licencia de conducir, le dedicare una crónica completa, pues aun es un misterio que llama la atención de mis sueños y desvelos.



Saludos